jueves, 27 de junio de 2013

EL CUADERNO DE MAYA

Una adolescente en problemas

Soy Maya Vidal, diecinueve años, sexo femenino, soltera, sin un enamorado, por falta de oportunidades y no por quisquillosa, nacida en Berkeley, California, pasaporte estadounidense, temporalmente refugiada en una isla al sur del mundo. Me pusieron Maya porque a mi Nini le atrae la India y a mis padres no se les ocurrió otro nombre, aunque tuvieron nueve meses para pensarlo.
En hindi, maya significa "hechizo, ilusión, sueño", nada que ver con mi carácter. Atila me calzaría mejor, porque donde pongo el pie no sale más pasto. Mi historia comienza en Chile con mi abuela, mi Nini, mucho antes de que yo naciera, porque si ella no hubiera emigrado, no se habría enamorado de mi Popo ni se habría instalado en California, mi padre no habría conocido a mi madre y yo no sería yo, sino una joven chilena muy diferente.
Así empieza "El cuaderno de Maya". Quien habla es, precisamente, la protagonista de esta nueva historia de Isabel Allende. De acuerdo con la autora, la novela nació a partir de una sugerencia de sus nietos, quienes le pidieron una historia juvenil contemporánea. Aunque la autora lo ha negado, el personaje de la abuela Nini debe tener algo de ella. Ha dicho que el libro no está destinado a los jóvenes "aunque sería muy bueno que lo leyeran". ¿Es su intención capturar un público nuevo? Creemos que sí.
Tras la muerte de su querido abuelo, Maya se encuentra "perdida en sus vapores", sin rumbo."Tengo tatuada en la muñeca izquierda el año en que murió mi Popo: 2005. En febrero supimos que estaba enfermo, en agosto lo despedimos, en septiembre cumplí dieciséis y mi familia se deshizo en migajas", dice la joven. La abuela Nini le regaló un cuaderno para que escriba la vida y sus días. Y es que Maya no está bien. A su corta edad ha vivido mucho y mal. Con el cuaderno bajo el brazo, Maya emprende viaje a Chile, para encontrarse y enfrentarse a sí misma y a su pasado. Pronto descubrirá un secreto familiar. Atrás deja Las Vegas y la persecución del FBI y la CIA, según ella. En la remota isla chilena, Maya se hospeda en casa de Manuel Arias, un anciano antropólogo amigo de su abuela. Maya se convierte en su ayudante, para lo cual transcribe las grabaciones de las entrevistas y notas de Manuel, quien planea escribir un libro.
"El cuaderno de Maya" marca la vuelta de Allende a la ficción. En todo caso, y fiel a su estilo, la autora despliega toda su habilidad narrativa y de "story teller" sin par. Por delante tenemos una historia triste, violenta y fuerte. Es un viaje al infierno de las drogas y la adicción fielmente pintado por Allende. Ella lo sabe muy bien. Lo ha vivido en carne propia con los hijos de su segundo esposo, el abogado y escritor Willie Gordon. "Maya me ha hecho sufrir mucho", dijo Allende.

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