Una adolescente
en problemas
Soy Maya
Vidal, diecinueve años, sexo femenino, soltera, sin un enamorado, por falta de
oportunidades y no por quisquillosa, nacida en Berkeley, California, pasaporte
estadounidense, temporalmente refugiada en una isla al sur del mundo. Me
pusieron Maya porque a mi Nini le atrae la India y a mis padres no se les ocurrió otro
nombre, aunque tuvieron nueve meses para pensarlo.
En hindi,
maya significa "hechizo, ilusión, sueño", nada que ver con mi
carácter. Atila me calzaría mejor, porque donde pongo el pie no sale más pasto.
Mi historia comienza en Chile con mi abuela, mi Nini, mucho antes de que yo
naciera, porque si ella no hubiera emigrado, no se habría enamorado de mi Popo
ni se habría instalado en California, mi padre no habría conocido a mi madre y
yo no sería yo, sino una joven chilena muy diferente.
Así empieza "El cuaderno de
Maya". Quien habla es, precisamente, la protagonista de esta nueva
historia de Isabel Allende. De acuerdo con la autora, la novela nació a partir
de una sugerencia de sus nietos, quienes le pidieron una historia juvenil
contemporánea. Aunque la autora lo ha negado, el personaje de la abuela Nini
debe tener algo de ella. Ha dicho que el libro no está destinado a los jóvenes
"aunque sería muy bueno que lo leyeran". ¿Es su intención capturar un
público nuevo? Creemos que sí.
Tras la muerte
de su querido abuelo, Maya se encuentra "perdida en sus vapores", sin
rumbo."Tengo tatuada en la
muñeca izquierda el año en que murió mi Popo: 2005. En febrero supimos que
estaba enfermo, en agosto lo despedimos, en septiembre cumplí dieciséis y mi
familia se deshizo en migajas", dice la joven. La abuela Nini
le regaló un cuaderno para que escriba la vida y sus días. Y es que Maya no
está bien. A su corta edad ha vivido mucho y mal. Con el cuaderno bajo el
brazo, Maya emprende viaje a Chile, para encontrarse y enfrentarse a sí misma y
a su pasado. Pronto descubrirá un secreto familiar. Atrás deja Las Vegas y la
persecución del FBI y la CIA ,
según ella. En la remota isla chilena, Maya se hospeda en casa de Manuel Arias,
un anciano antropólogo amigo de su abuela. Maya se convierte en su ayudante,
para lo cual transcribe las grabaciones de las entrevistas y notas de Manuel,
quien planea escribir un libro.
"El cuaderno de Maya" marca la
vuelta de Allende a la ficción. En todo caso, y fiel a su estilo, la autora
despliega toda su habilidad narrativa y de "story teller" sin par.
Por delante tenemos una historia triste, violenta y fuerte. Es un viaje al
infierno de las drogas y la adicción fielmente pintado por Allende. Ella lo
sabe muy bien. Lo ha vivido en carne propia con los hijos de su segundo esposo,
el abogado y escritor Willie Gordon. "Maya me ha hecho sufrir mucho",
dijo Allende.